El síndrome del empleado quemado: cómo dejar de echar humo en el trabajo

El síndrome del empleado quemado: cómo dejar de echar humo en el trabajo

El síndrome del empleado quemado: cómo dejar de echar humo en el trabajo

El desgaste laboral se ceba en el sector financiero, comercial, sanitario y de atención al cliente

Enfrentarte cada día a un jefe que no escucha, a su incapacidad para aportar valor a la compañía y a su equipo, al mal reparto de los incentivos económicos o al tiempo que dedicamos a formar talento joven para que luego lo dejen ir por carecer de un proyecto. Estas son situaciones que producen un desgaste y una apatía insufribles”, confiesa un mando intermedio de una gran compañía que pide anonimato y reconoce: “Estoy muy quemado”. Lo que también asevera Cristina García, técnica en prevención de riesgos laborales: “Trabajo con demasiada presión. En mis evaluaciones es difícil contentar a todos: empresa, trabajadores y sindicatos, con el agravante de que un riesgo no valorado puede acarrear responsabilidad penal”.

Estar quemado no es algo nuevo para cientos de trabajadores, un 10% del total según los expertos, pero sí lo es que quienes lo sufren lo reconozcan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha admitido estos días que el “síndrome del trabajador quemado” entra por derecho propio en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Un paso de gigante que lo reconoce como enfermedad profesional, por lo que las organizaciones deberán de implementar planes de prevención a partir del 1 de enero de 2022.

 

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