- Los expertos prevén que la regulación no será tan precisa como para fijar una contraprestación
- Los empresarios ven duplicados los costes, tanto de la oficina como de la modalidad a distancia
Con la pandemia provocada por el coronavirus y el consiguiente confinamiento, muchos empleados se vieron en la obligación de tener que trabajar desde su propia casa. Una práctica muy poco desarrollada hasta ahora en España, que de hecho era uno de los países de Europa con menos experiencia en esto del trabajo a distancia.
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